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Internet y las nuevas tecnologías llegaron para cambiarlo todo. Hasta ahora, el monopolio de la crítica gastronómica lo tenían unos señores muy serios, quienes escribían su reseña en un periódico o en una revista de moda. Pero los bloggers gastronómicos llegaron para quedarse.

Las redes sociales han cambiado la forma en que nos comunicamos. Mientras piensas en tu próxima receta o en cuál será el producto más fresco de la lonja, millones de personas bullen por Instagram, Twitter, Facebook, Google+, Pinterest…

Los foodies y los bloggers

La información se ha ido haciendo más visual y se busca lo viral. Foodies y bloggers se han convertido en los nuevos gurús de la gastronomia. La promoción de un restaurante o de tu empresa de productos especializados pasa por ellos.

Un ejemplo lo tenemos en Toni Negre. Con más de dos décadas de tradición a sus espaldas, ha sabido digitalizar su empresa de productos gourmet. Por supuesto, su página web incluye un estupendo ejemplo de blogging.

La generación de los millenials, esa que cambió el pan y llegó con un smartphone debajo del brazo, lee pocos periódicos. En cambio, sus redes sociales arden. Esta tendencia hay que aprovecharla. Debe resultar imprescindible dentro de una estrategia de marketing digital.

Existen dos tipos de influencers, que se encargan de marcar las directrices de cara a la creación de opinión: los foodies y los blogueros. Los primeros son amantes de la comida y las experiencias gourmet. Los segundos son expertos en la palabra y escriben artículos en blogs.

¿Cuál es mejor para la promoción de mi gastronomía?

El bloguero se ha convertido en un maestro en comunicación a través de una página personal o corporativa. Ellos saben cómo construir una crítica positiva, dar consejos, describir la elaboración de un plato, subir una receta…

Es indispensable contar con un blog de tu negocio, que cree contenido de calidad y pueda difundirse a través de las redes sociales. Ello apoyará positivamente tu campaña de marketing digital.

Sin embargo, no puedes dejar de lado a los foodies. Ellos son los que van a leer a los mejores blogueros gastronómicos. Compartirán sus artículos en las redes sociales y darán su opinión. Pueden convertirse en embajadores de tu marca.

Además, en redes más visuales, como Instagram o Pinterest, donde predomina la imagen, ellos son los reyes. Suben las fotos de sus propias experiencias: la gastronomía retratada por el cliente de a pie. Claro que algunos de ellos se han convertido en auténticas leyendas.

Son capaces de acudir a tu restaurante, pedir el plato de la casa, tomar una foto de vértigo, probar la comida, subir la imagen a la red y… voilá. Una legión de seguidores estará encantada de dar su like y visitar tu negocio para probar ese plato exquisito.

En definitiva, la promoción de un negocio gastronómico pasa por las manos de estos nuevos profesionales: foodies y blogguers. La conjunción de una estrategia apoyada en redes dará visibilidad a tu empresa de gastronomía y hasta puede convertirla en tendencia.

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